Ir al contenido principal

EL ELECTOR DUBITATIVO

Las fronteras indecisas
Diario Córdoba, 16-3-2015

La semana pasada hice el intento de seguir con interés los debates electorales que emitió Canal Sur. No tardé en desconectar de unos monólogos que no me aportaban nada y que atrevería a catalogar como la antítesis de lo que como elector esperaría del necesario juego de seducción de los que aspiran a ser mis representantes. Supongo que como un buen número de andaluces, a menos de una semana de las elecciones me encuentro absolutamente decepcionado ante las ofertas que me ofrecen los partidos, desubicado ante unos discursos que no consiguen superar la altura del ombligo de quien los emite, harto de que me traten como a un menor de edad. Si bien en la democracia de audiencia que soportamos las campañas se apoyan exageradamente en el componente emocional y tienden a remover los rincones más sensibles de la ciudadanía, la andaluza está alcanzando los máximos niveles de irracionalidad, a la cual ayuda obviamente el estado de indignación de unos electores que llevamos años sufriendo no solo una crisis económica sino también política. El máximo ejemplo de esa apelación a la dimensión puramente emocional la constituye sin duda Susana Díaz, ese animal político que ha asumido una posición casi mesiánica, libertadora al más puro estilo latinoamericano y que se empeña en venderse como la única y legítima representante de toda una región. Su gestualidad, sus palabras, su alta voz no son sino subrayados de una personalidad amamantada por los pechos oligárquicos del partido y que a duras penas oculta que pretende vendernos como nuevo lo que ya es viejo. Es decir, su programa sería magnífico si fuera el del partido de la oposición y no del que lleva 30 años gobernando Andalucía. Más de tres décadas, que tanto me recuerdan a México, y que se han apoyado no solo en sus méritos, que los ha habido sin duda, sino mucho más en los deméritos de los contrincantes.
Lo único que pueden traernos de bueno las elecciones del domingo es el mayor pluralismo del Parlamento y esperemos que con él una mayor calidad democrática de nuestras instituciones. Un reto frente al que, no obstante, no puedo sino sentirme pesimista visto el nivel de los que están dispuestos a salvarnos. Unos candidatos que por ejemplo no se han extrañado ante un debate en el que entre los 7 participantes no hubo ni una sola mujer, y al que decidió no acudir la candidata de Podemos en lo que entiendo fue un ejercicio de soberbia escasamente democrático. Todo ello por no hablar del candidato popular cuyos discursos renovadores tienen la escasa credibilidad que otorga pertenecer al partido que soportamos en el gobierno de la nación.
Entre tanto desatino, ruido y batalla personalista, solo he encontrado cierta cordura, propuestas convincentes y coherencia en el candidato de IU. Antonio Maíllo, al que no le duelen prendas en definirse como feminista y que podría ser el primer presidente gay de la Junta de Andalucía, está teniendo la mala suerte de ser una especie de convidado de piedra en la batalla PP--PSOE, además de verse superado por el fenómeno Podemos y de no haber podido sacarle rédito a la presencia de IU en la Junta. Un contexto al que sin duda ha contribuido una coalición con frecuencia más pendiente de sus vicios internos que del latido de las calles.
Así las cosas, mi voto es todavía una incógnita. Soy consciente de que necesitamos una revolución pero no me gustan los que están dispuestos a capitanearla. Sin embargo, como nunca estuvimos tan mal, no tengo miedo a perder nada y por lo tanto me siento más libre que nunca para acudir las urnas. Intentaré aprovechar esa libertad para no sumar poder ni a populistas ni a quienes pretenden cambiarlo todo para que todo siga igual. Me queda pues una larga semana de reflexión en la que espero superar el voto en blanco y al fin ilusionarme con una verde esperanza

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n